Anécdotas

Esther y Alea

Hola chicos:

Soy Esther y ella es mi pequeña Alea. Un tesoro que se fue el pasado 23 de junio. 15 meses después de un fatal diagnóstico, tras luchar como una leona contra su enfermedad y todo lo que ello conlleva: síntomas, pruebas, tratamientos, medicación,... Manteniendo siempre su actitud obediente, tranquila, positiva y cercana.

Alea me ha llenado 13 años y medio maravillosos de compañía, lealtad, cariño, alegría, ternura, nobleza,... Son tantos los momentos y experiencias que hemos compartido que ni una ni mil palabras pueden describir lo que ella significa para mi, ni el vacío y el dolor que siento ahora que ya no está.

Abatida por su pérdida y orgullosa de haberla disfrutado, hoy deseo haceros llegar mi gratitud y no solo eso, creo necesario que las personas y animales que esperan frente a vuestra consulta deben saber lo grandes profesionales y personas que sois. Os conocí hace 6 meses, en un momento de urgencia y desconcierto, cuando Alea fue atacada por otro perro. Laura nos atendió a deshoras con destreza y sencillez. Alea dejó atrás numerosas curas caseras junto a minuciosas y cariñosas revisiones en esa clínica Maribel nos apoyó y acompañó a lo largo de esa tediosa enfermedad, ofreciendo los mejores consejos y recursos. Y hoy doy gracias a Dios porque el día que Alea empeoró Juan Carlos permaneciera aquí, un día festivo y también a deshoras, para que fueran un lugar y unas manos conocidas y cercanas las que nos ayudaran en el paso final.

Sincera y profundamente gracias por el trato que nos ofrecisteis siempre, por la consideración, los esfuerzos, los consejos, el cariño hacia Alea y la comprensión y el apoyo que me brindasteis y seguro que Alea también incluiría un gracias por vuestras caricias y esos sabrosos palitos... Gracias a todos por la labor diaria que hacéis. No olvidéis que en vuestras manos confiamos seres muy muy muy queridos.